¿Cómo favorecer la calma y la concentración en el aula?

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Uno de los desafíos actuales es promover en el aula un ambiente de calma, que favorezca la concentración de los alumnos y que permita aprender en un clima ameno. Los docentes se quejan de que a los alumnos les cuesta concentrarse y que esto trae como consecuencia, entre otras cosas, dificultades de conducta y de relación entre los alumnos. El aburrimiento, el cansancio, las conductas impulsivas, van de la mano de la falta de atención y concentración. Las dificultades de atención, también conllevan dificultades en el aprendizaje, ya que la atención es uno de los requisitos básicos para aprender.

¿Qué podemos hacer para favorecer la concentración de los alumnos?¿ la atención puede entrenarse?¿en qué medida se relaciona la concentración con el bienestar emocional?

La práctica de la respiración conciente es un buen método para favorecer la concentración en los alumnos, y es una manera muy simple y concreta de entrenarla. Realizar en el aula ejercicios de respiración conciente de modo sistemático, puede ser una manera de que los alumnos aumenten el rendimiento académico y disminuyan los conflictos.

¿A qué nos referimos con RESPIRACIÓN CONCIENTE? Al hecho de prestar atención a la respiración por unos instantes, a hacer conciente un hecho mecánico como el de la respiración. Si nos concentramos por unos instantes en la respiración, logramos que la mente se calme y que se frene el desfile de pensamientos: “ si pienso en la respiración, no puedo pensar en otra cosa”.

Hay ejercicios muy simples que ayudan a hacer conciente la respiración, y que le agregan ciertas variantes o visualizaciones, que favorecen la toma de conciencia y la concentración. Si diariamente practicamos con nuestros alumnos por unos minutos, la respiración conciente en el aula, vamos a estar favoreciendo al calma, promoviendo un mayor bienestar emocional y entrenando la concentración.

Algunos de estos ejercicios pueden ser:

  1. Concentrarse en la respiración
  • Sentados, pies apoyados en el suelo, columna recta, hombros relajados.
  • Concentrarse en la respiración, centrarse en el aire fresco que se siente al inspirar y en el aire cálido al exhalar.

Si vienen pensamientos a tu cabeza, saludarlos y dejarlos pasar y volver a centrarse en la respiración

  1. Respiración del corazón radiante
  • Sentados, pies apoyados en el suelo, columna recta, hombros relajados.
  • Al inspirar, nos imaginamos que un rayo de luz dorada fluye hacia adentro y llena nuestro corazón, el centro del pecho.
  • Al exhalar, la luz se irradia desde el corazón hacia todas las direcciones.
  1. 5-2-5
  • Sentados, pies apoyados en el suelo, columna recta, hombros relajados.
  • Inspirar por la nariz contando hasta cinco
  • Retener la respiración contando hasta dos
  • Exhalar por la boca contando hasta cinco.
  • Repetir varias veces hasta relajarse.
  1. La flor
  • Sentados, pies apoyados en el suelo, columna recta, hombros relajados.
  • Imaginar que estás oliendo una flor
  • Para sentir su perfume, lo inspiramos por la nariz, lo más lentamente posible.
  • Al exhalar, le devolvemos el perfume a la flor con mayor lentitud aún.
  1. La ola del mar
  • Sentados, pies apoyados en el suelo, columna recta, hombros relajados.
  • Al inspirar, imaginar que la ola del mar viene a mis pies y los cubre de agua a temperatura agradable.
  • Al exhalar, imaginar que la ola se vuelve al mar.

Como habrán observado, son ejercicios muy simples, que pueden realizarse fácilmente en el aula. Al principio puede ser que a los alumnos les resulte extraño y que les cueste alcanzar el silencio y la calma necesaria para llevarlos a cabo. Como en todo aprendizaje, será necesario repetir hasta lograr que los alumnos se apropien y puedan comprobar en ellos mismos los beneficios de hacer estos ejercicios regularmente.

Se puede destinar un momento de la jornada escolar a hacerlos, por ejemplo al volver del recreo, al promediar el día, al volver de educación física, etc. Es recomendable que se instale como una rutina diaria y que luego se refuerce cuando se necesita, por ejemplo antes de un examen.

Practicar este tipo de ejercicios no sólo mejora la concentración, lo cual influye directamente en el rendimiento académico, sino que también, promueve un mayor bienestar emocional y por lo tanto previene conductas agresivas.

Es importante que el maestro, también haga los ejercicios junto a sus alumnos y que pueda comprobar los beneficios en él mismo.

Anímense a probar y verán el poder de la respiración!!

Lic. María Cecilia Marino

Ejercicios extraídos de AGENDA EMOCIONAL, EDITORIAL PROYECTO CEPA

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