Enseñarles a nuestros hijos/ alumnos a hacer una pausa, puede ser una poderosa manera de favorecer un mayor autoconocimiento y una regulación saludable de las emociones.
Enseñarles que las emociones vienen y van y que todas pasan por el cuerpo y nos generan distintas sensaciones: nudo en la garganta, nudo en el estómago, calor en las mejillas, dolor, tensión. Enseñarles que, así como hay un tiempo para dormir, uno para estudiar, uno para estar con amigos y familia, tenemos que fabricar también, todos los días, un tiempo de calma. En ese tiempo podemos respirar, relajarnos y escuchar lo que el cuerpo tiene para decir. Esto nos ayuda a pensar con claridad y a sentirnos mejor.
Estas prácticas sencillas pueden favorecer la toma de conciencia de nuestro cuerpo si las hacemos con la intención de traer la mente al presente y conectar con las sensaciones que nos producen:
Enseñar a los niños a incorporar pausas y comprometernos junto a ellos en esta tarea, contribuye a generar una conexión personal más profunda a la vez que nos ayuda a disminuir las conductas impulsivas y a elegir cómo responder en cada situación.
Lic. María Cecilia Marino
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