Las emociones no se toman vacaciones

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Algunas ideas para disfrutar de este tiempo con los chicos

Comienzan las vacaciones escolares. Los chicos están en casa y para quienes trabajamos en educación es también nuestro tiempo de descanso. Tiempo de frenar, de salir de la rutina y de parar un poco. Las vacaciones pueden ser un tiempo de estar más atentos a nosotros mismos y a la gestión de nuestras emociones, en el sentido de lograr un mayor bienestar personal y contagiar también emociones positivas.  Los invito a reflexionar juntos sobre algunas ideas acerca de cómo hacer para que este tiempo de descanso sea lo que más agradable y beneficioso para todos.

  1. Evitemos cargar demasiado las agendas de los chicos: a veces a los adultos nos preocupa que los chicos se aburran en vacaciones o queremos evitar que estén mucho tiempo con pantallas o actividades sedentarias y para contrarrestar les programamos nosotros diversas actividades. Es importante dejar que los chicos tengan tiempo libre en las vacaciones, tiempo para aburrirse y para encontrarse con las ganas de lo que realmente quieren hacer y también es importante que tengan tiempo para no hacer nada. Liberarnos nosotros como adultos y liberarlos a ellos de la presión de tener que estar todo el tiempo ocupados.
  2. No cargar las vacaciones de expectativas desmedidas: muchas veces, ponemos en el tiempo de vacaciones un sinnúmero de expectativas, de planes, de proyectos. Idealizamos ese tiempo como un momento en el que vamos a llevar a cabo muchas cosas que venimos postergando o como un tiempo ideal donde no debería haber conflictos. Esto nos termina agotando y frustrando. Es importante estar atentos para disfrutar de los pequeños detalles que quizá no se pueden disfrutar durante el año como un desayuno largo, dormir más, una siesta al aire libre, jugar con los chicos de forma relajada, ver a gente querida, etc.
  3. Favorecer nuevos aprendizajes en los chicos: si podemos relajarnos y vivir las vacaciones con una actitud más calma y positiva, contagiaremos esas emociones a nuestro alrededor y eso será muy beneficioso en muchos sentidos. El aprendizaje sucede de manera natural cuando circulan emociones positivas y el ambiente es relajado. Las vacaciones son un buen momento para aprender a andar en bici sin rueditas, a nadar, a tirarse del tobogán más alto o a comer solo y muchas otras cosas por el estilo.
  4. Un viaje puede ser una opción muy agradable para hacer en vacaciones, aunque no siempre es fácil coordinar las necesidades y gustos de todos los integrantes de la familia y quizá tengamos que cambiar el “viaje ideal “por el “viaje posible” en el que nadie se sienta exigido o agobiado. Resistir la tentación de creer que nuestra familia es la de la “foto de la agencia de viajes “y tomar en cuenta la realidad por ejemplo si tenemos niños muy pequeños, o si son varios y de edades muy diferentes, o si el viaje será muy largo, si disfrutamos más la playa o el campo, etc. Trazar el plan atendiendo a esas y otras variables que creamos importantes.

Si estamos atentos, sin demasiado esfuerzo ni gastos desmedidos, podemos hacer que las vacaciones sean un tiempo de emociones positivas y experiencias humanamente enriquecedoras. ¡Qué las emociones positivas no se tomen vacaciones en tu descanso!

Lic. María Cecilia Marino

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