Los payasos ¡no!

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Actividades de educación emocional inspiradas por una poesía

La literatura infantil y juvenil nos ofrece un universo de emociones para explorar y compartir con los niños y jóvenes. Autores como Ana María Shua, Liliana Cinetto, Sandra Siemens, Liliana Bodoc entre otros, nos deleitan y emocionan y pueden ser el punto de partida para abordar conversaciones y propuestas didácticas creativas relacionadas con educación emocional. En el ámbito del hogar, estas lecturas son también muy apropiadas para instalar un espacio de disfrute compartido entre adultos y niños.

En el Curso de Especialización en Educación Emocional y Social le dedicamos un espacio de privilegio a la literatura infantil y juvenil, compartiendo con los asistentes una cuidada selección de libros de calidad y ofreciendo propuestas didácticas inspiradas en algunos de esos textos. El objetivo siempre es el disfrute y las propuestas didácticas se sirven de las emociones que el texto nos genera para que lo subjetivo aparezca.

Comparto en este artículo una preciosa poesía de Ana María Shua y algunas de las propuestas que me inspiró este texto para realizar con los chicos:

Pero los payasos, ¡no!


Me gusta mirar las nubes
y tratar de ver qué son,
Me gusta el mar y la arena
y jugar al dominó.
Me gustan mucho los circos
¡Pero los payasos, no!
Quiero a todos mis amigos
Por mis padres siento amor,
hasta quiero a mi maestra
y a veces al director.
Quiero ir a los cumpleaños
(pero con payasos, no).
Me encanta cuando hacen postres
La crema del batidor.
Me encanta la luna llena
con su cara de doctor.
Me encanta que me disfracen
(pero de payaso, no).
Tengo miedo cuando cruzo
por las barreras del tren.
Les tengo miedo a las cosas
que existen y no se ven,
a las arañas, los bichos,
(y a los payasos, también).

  • Hacer una cartelera en el aula o en el pasillo de la escuela con la consigna “Las cosas que nos gustan a los chicos de tercero…” y “Las cosas que no nos gustan…Dar tiempo para que surjan ideas originales y a la vez cotidianas, en las que no reparamos frecuentemente (como por ejemplo como dice la poesía que le gusta “la crema del batidor”)
  • Hacer un listado de los miedos que cada uno tiene. Previamente legitimar esa emoción como algo que todos sentimos y que no está mal sentir ninguna emoción. Poner en común esos miedos y ver quiénes coinciden.
  • Diferenciar los “miedos reales” (por ejemplo, miedo a una araña, a un trueno) de los “miedos imaginarios” (por ejemplo, miedo a los monstruos, a las brujas)
  • El nombre de los miedos: Contarles a los chicos que hay miedos que uno se cree que es el único que los tiene pero que en realidad son muy comunes y hasta tienen un nombre por ejemplo el miedo a los payasos se llama Podemos pedirles que investiguen el nombre que tienen otros miedos.
  • Dependiendo la edad de los alumnos, pueden investigar acerca de los payasos malvados, protagonistas de cómics o novelas como el Guasón y Pennywise.
  • Escribir en grupos o en parejas una historia de un payaso malvado y otra de un payaso bondadoso y amigable, inventarles caras, nombres, etc.

 Y a ustedes… ¿qué otras propuestas les inspira esta hermosa poesía?

Lic. María Cecilia Marino

Directora y docentes del curso de Especialización en Educación Emocional y Social

Esta poesía forma parte del libro Las cosas que odio y otras exageraciones de Ana María Shua que podés conseguir en nuestra tienda on line www.tiendacepa.com

shua

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