Niente senza giogia – nada sin alegría – es una de las máximas de la pedagogía Regigo Emilia creada por Loris Malaguzzi en Italia y que resume de una manera poderosa el papel que juegan las emociones en el aprendizaje.
Las emociones son procesos inconscientes que utiliza el individuo para sobrevivir y comunicarse y hacer más sólidos los procesos de aprendizaje y memoria. Las emociones encienden y mantienen la curiosidad y la atención hacia todo lo nuevo. Son la base más importante sobre la que se sustentan todos los procesos de aprendizaje y memoria.
El clima emocional de la clase tiene suma importancia en la calidad de los aprendizajes que allí ocurren ya que puede favorecer o no el vínculo alumno-docente-contenido. Ya sabemos que sin vínculo no hay aprendizaje, por lo que los docentes deben cuidar y gestionar las emociones en el aula, con el objetivo de promover un clima emocional positivo. La alegría junto con todas emociones de su paleta de colores, como la curiosidad, el asombro, el agradecimiento, el optimismo, el placer, la diversión, el buen humor son emociones que favorecen el aprendizaje.
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