El acto de enseñar no sólo requiere conocer profundamente el objeto de enseñanza, conocer a los alumnos y utilizar variadas herramientas pedagógico-didácticas para que el encuentro entre el contenido y el alumno ocurran de la manera más enriquecedora, sino que también requiere tomar en cuenta el uso del lenguaje verbal y no verbal para potenciar su uso en función de los objetivos de la tarea docente.
Las clases virtuales nos presentan el desafío no sólo de manejar la tecnología, sino de atender cómo comunicamos lo que queremos comunicar. En tiempos donde la imagen está tan presente, atender algunos detalles puede hacer la diferencia para logar que nuestros alumnos se sientan más motivados a aprender, escuchados y abiertos a la comunicación con pares y docente.
Conocer herramientas para una comunicación más eficaz en términos de fluidez, empatía y asertividad y ponerlas en práctica, puede influir positivamente en el clima emocional de la clase y por lo tanto en la calidad de los aprendizajes.
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